Este período se caracteriza por una sensualidad exacerbada, los celos y el deseo de posesión exclusiva. Puede incluso llegar a provocar, por el choque de las pasiones, un conflicto latente con tu pareja, de aquí el riesgo de disputas e incluso de «dramas pasionales».
Este período es igualmente incierto para las finanzas. Existe el riesgo de gastos inconsiderados, ostentaciones impulsivas, o falsas generosidades destinadas únicamente a deslumbrar al ser adorado.
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