Cuando Neptuno en tránsito forma un aspecto con la Luna natal, estos planetas se combinan para incrementar tu receptividad hacia el ambiente y hacia las personas que te rodean. La nota dominante de este período es la comprensión, la compasión y el sacrificio –pero también el (auto)engaño–. Como en estos momentos estás más abierto a influencias de fuera, es fácil que los demás se aprovechen de ti, a menos que tengas más cautela y discrimines mejor. Neptuno intensifica la necesidad lunar de unirse y fundirse con otros, al mismo tiempo que te deja indefenso ante el engaño... la receta ideal para relaciones complejas y difíciles. Cuando este planeta influye en tus emociones, ves lo que quieres ver, no lo que realmente sucede. Así es como puede ocurrir que te enamores de alguien que más adelante resulta no tener nada que ver con lo que al comienzo te imaginabas. La sinceridad emocional no es probablemente lo primero que uno asocia con un tránsito Neptuno-Luna, y sin embargo, ser tan veraz como sea posible contigo mismo y con los demás es, durante este período, el mejor antídoto contra sus manifestaciones negativas.
Este tránsito difícil puede desorganizar por completo tus emociones; por lo tanto la meditación, la música y la comunicación con la naturaleza tendrán efectos restauradores sobre tu psique acosada por los altibajos de la vida. De hecho, es posible que descubras en tu interior una profundidad de sentimientos y una capacidad de compasión y de perdón de las que nunca te habías sabido poseedor.
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