Durante este tránsito el lado consciente y el lado inconsciente de tu psique vuelven a reunirse, pero de una manera que puede ser bastante inquietante. El miedo, la duda y la confusión pueden adueñarse de tu mente y obstaculizar tu buen juicio y tu capacidad de funcionar bien en el mundo. Te cuesta más organizarte y organizar tu vida diaria, e incluso las actividades más rutinarias pueden resultarte difíciles. La energía neptuniana te vuelve indeciso, aletargado y despistado, ya que tu pensamiento racional se ve invadido por estados de ánimo y complejos emocionales que afloran desde el inconsciente o de las profundidades de tu ser. No es un buen momento para tomar decisiones importantes, que requieran astucia, o firmar algún contrato. Sería aconsejable que acudas a una persona de confianza para que te ayude o que, por lo menos, leas cuidadosamente la letra pequeña.
Por otro lado, debido a que el inconsciente está más activo, este tránsito señala un buen momento para iniciar alguna forma de terapia o autoexploración, pero debes estar seguro de que lo haces con un profesional experimentado que pueda ayudarte a superar las manifestaciones más difíciles de esta influencia de Neptuno.
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