Durante este período, su cuerpo está más sensible a cualquier cosa que coma y al estrés. Es el momento de sintonizar su rutina diaria, así como su dieta, para optimizar su salud y bienestar físico. Puede que tenga que hacer ajustes en estilos de vida con los que antes se sentía satisfecho. La clave es mantener un sistema inmune potente, tanto físico como espiritual. La respiración consciente, caminar y las plantas medicinales para combatir el estrés pueden ser de gran utilidad. Pero lo mejor es pedir consejo a un médico, porque no es conveniente auto diagnosticarse.

El “alimento” espiritual y mental que ingiere – el tono de sus pensamientos y palabras y las imágenes e ideas a las que se expone de forma repetida – influyen en su salud. Lo mejor es divertirse, mantener una actitud optimista y ser positivo en vez de negativo.

Puede que también sienta confusión o se vea rodeado de circunstancias inusuales en el trabajo. Puede tener problemas para comprometerse o estar presente. Logrará mejores resultados en actividades que ayuden o sirvan a los demás.