Un encuentro o incidente (tanto si es testigo, como participa en el mismo) puede forzarle a mirar algo que normalmente evitaría y puede que aparezcan unos sentimientos profundos al respecto. Pueden aparecer emociones y viejas heridas. Si surgen, son una oportunidad para reconocerlas, abandonar viejos rencores y hacer las paces con uno mismo. Algo que había estado oculto sale a la superficie.
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